La Comunicación Verbal (lo que decimos) y la Comunicación No Verbal (lo que se transmite más allá de las palabras), en la que influyen aspectos como la postura corporal, los gestos, el tono de nuestra voz, la distancia se transmite más allá de las palabras), en la que influyen aspectos como la postura corporal, los gestos, el tono de nuestra voz, la distancia a la que estamos del interlocutor, etc, es determinante en una entrevista laboral pues tendremos delante de nosotros a un profesional de la selección, experto en obtener la mayor información posible sobre nosotros por lo que debemos ser conscientes del producto (en este caso,
nosotros mismos) que les queremos vender y conseguir darles el perfil del trabajador idóneo para el puesto ofertado.
Para aparecer a los ojos del entrevistador como el candidato ideal, debemos cuidar ambos aspectos de nuestra comunicación y transmitirle que realmente estamos interesados por el puesto, pero no sólo desde las palabras, sino también desde nuestra actitud mental es decir, pensando que ya somos el nuevo colaborador de la empresa, no un candidato más. La actitud mental positiva es determinante.
El mejor modo de evitar cometer errores es acudir a la entrevista teniendo muy claras las virtudes que te convierten en el aspirante perfecto al puesto.
Es sumamente importante que todo lo que mostremos a través del aspecto externo: vestimenta, modales, posturas...sea coherente con lo que comunicamos verbalmente, por ejemplo, no podemos decir que somos una persona tranquila y reflexiva y a la vez estar machacando la silla con los nudillos, la coherencia entre lo que comunicamos verbalmente y lo que no, es esencial, por lo que antes de la entrevista sería útil ensayar que estos dos aspectos de la comunicación vayan parejos.
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