dijous, 29 de setembre del 2011

Crisis e Información: algunos puntos clave


Sobre este conjunto de temas, bastante trillados por los medios durante los últimos años pero nunca unánimes en dirección de opinión, voy a hacer un pequeño análisis de cuatro puntos que resultan interesantes de analizar.


Solidaridad

Se habla sobre la necesidad de, en tiempos de dificultades, dar lo mejor de todos nosotros, ser comprensivos, y aguzar al máximo el sentido de la solidaridad. Pero, al contrario de países orientales como Japón, que catástrofe tras catástrofe dan lecciones mundiales de civismo y sentido común, tengo mis sospechas de que España no está preparada para dejar de lado el deporte olímpico de mirarse el ombligo. No dudo que haya gente honrada, pero nos sigue costando horrores concebir el sacrificio en cuanto su beneficio no nos concierne de forma directa a nosotros, cuando en realidad salir de la crisis acaba desembocando en una mejora social favorable para todos.

Recesión

Si bien también es cierto que poco podemos hacer ante el aluvión de recesión mundial. Pese a que el reduccionismo del ciudadano medio español sólo concibe el problema como una batalla de piquetes, lanzas y catapultas entre “rojos” y “fachas” (PSOE y PP), aunque esto últimamente está cambiando, lo cierto es que estamos inmersos en una crisis internacional del capital ante la que el margen de movimiento de muchos países es extremadamente reducido. Ya hemos visto que las previsiones de 2009 del absolutamente nada polémico Dominique Strauss-Kahn no sólo no se han cumplido, sino que la situación no ha mejorado en absoluto.

Derecho a la información

Una de las balizas derivadas de la crisis es el periodismo. Tal y como señalan los textos, las reducciones de plantilla de los periódicos amenazan (aunque por ahora no creo que se pueda considerar un peligro en fines prácticos) con minar considerablemente el derecho a la información de los ciudadanos, una información, por supuesto, veraz, imparcial y justa. La monopolización de la opinión no es un objetivo deseable, y obviamente cuantos más profesionales se vean forzados a rescindir su jornalismo menos diversidad de opinión habrá, eso es algo obvio. Tampoco ayuda el hecho de que hay menos presupuesto para realizar desplazamientos, lo que implica una inevitable matroska de información. Yo cubro la información que ha cubierto tal medio que a su vez ha cubierto en referencia a este otro medio, que es el único que ha podido enviar a un corresponsal para cubrir la noticia en primera persona. Por si fuera poco, tampoco ayudan noticias como la que recibimos hace unos días, donde supimos que aumentaría el control político sobre los informativos de una cadena pública que pagamos todos como es la de TVE.

Modelo publicitario

Es difícil comprender la información sin la publicidad, lo que no deja de ser una paradoja, ya que la publicidad es el paquete de contenido con intenciones más perversas y partidistas desde el punto de vista informativo que existe. Todo esto anda ligado también con los grupos de poder que controlan los periódicos, que acaban supeditando la información y su agenda setting a fines puramente lucrativos. Por ejemplo, El País está configurado en base a la ideología del grupo Prisa, que a la vez posee muchos otros medios de comunicación, que a la vez no difundirá ninguna información que en último término dañe la imagen propia, por muy veraz que sea. Todo propicia y refuerza la idea de que la reducción de plantilla general amenace con un sesgo informativo. El mecenazgo tradicional de la información a la publicidad conlleva una crisis del sector periodístico cuando la publicidad no funciona, que es lo que está pasando ahora a causa de la crisis global. Por ahora, sólo internet y los medios no convencionales se ven reforzados. Por lo menos sabemos hacia dónde señala el futuro. Está en nuestra mano caminar en esa dirección.

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