diumenge, 6 de novembre del 2011

Afilando oportunidades


La mejor manera de preparar una entrevista es afilar la sinceridad. Si has hecho las cosas bien y no tienes nada que esconder, la verdad hará el resto. Está bien prepararse las preguntas y analizar concienzudamente todas las posibles circunstancias y cuestiones que se pueden dar en la entrevista de trabajo que vayas a realizar, pero es mucho mejor estar totalmente convencido de que lo que vas a decir lo vas a decir bien por la simple razón de que estás en lo cierto.


Si bien como futuro publicista habría que tener en cuenta la máxima de “no es lo eres, sino cómo te vendes”, mi criterio personal es que lo más difícil de una entrevista de trabajo es el proceso previo, ganas todas esas experiencias vitales necesarias y cuidar que sean las correctas para que, una vez llegado el momento, creen las circunstancias necesarias para adquirir ese trabajo.

Los consejos que más agradezco, no obstante, son aquellos referidos a las convenciones sociales, de jerarquía y respeto que es recomendable mantener con los entrevistadores, ya que es este tipo de temas donde suelo meter la pata. El tema de decir la verdad es muy bonito y puede resultar, pero la realidad es que un mal procesamiento de esa información o algún descuido en el trato con los empleadores puede resultar fatal para la adquisición de un puesto que por habilidades mereces.

El resto de preguntas, cuando las pueda contestar, es decir, cuando me presente a una entrevista de trabajo. No queda mucho.

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